El entrenamiento isométrico es clave para el deporte de elite, tal como pudimos ver en la nota “Entrenamiento isométrico: Un enfoque clave para potenciar el rendimiento deportivo” (link artículo) en la que nos enfocamos en lo esencial del entrenamiento isométrico, y también en la nota “Isométricos: Yielding, Overcoming y otras variables que determinan tu programa de entrenamiento” (link artículo), donde abordamos las distintas variables que hay que tener en cuenta a la hora de armar una rutina adecuada.
En esta entrega vamos a ver en detalle los aspectos relevantes sobre su fisiología, algo que siempre debemos atender en nuestro trabajo.
La respuesta fisiológica aguda a una contracción isométrica es, como ya sabemos, bastante singular en comparación con las contracciones excéntricas o concéntricas.
Debemos señalar la importancia de comprender que la intensidad (magnitud) y la duración de una contracción isométrica alterarán la respuesta generada.
La alteración de cualquiera de estos factores conducirá, en última instancia, a un tipo diferente de estrés sobre el organismo y, por lo tanto, a una respuesta diferente.
El aspecto que hace que la contracción isométrica y las subsiguientes respuestas fisiológicas sean únicas, es el hecho de que una contracción sostenida genera una oclusión muscular local. (Muchos especialistas sostienen que la cantidad de fuerza necesaria para generar oclusión, puede variar)
La contracción sostenida contrae las vías circulatorias circundantes y atrapa la sangre local dentro del músculo contraído localmente. A partir de esta oclusión localizada, tiene lugar una cascada de eventos fisiológicos únicos.
Cuando decimos oclusión, nos referimos tanto a la oclusión arterial como a la venosa u “oclusión completa”. Dentro del músculo, es posible tener sólo oclusión arterial, pero no venosa, dependiendo de la intensidad de la contracción.
Ahora veamos qué sucede con la presión arterial, la acumulación metabólica, los quimiorreceptores y las catecolaminas.
Presión Arterial
Debido a la oclusión localizada, la circulación se ve naturalmente obstaculizada. Por lo tanto, los órganos sensoriales del cuerpo reconocen tal problema y generan una respuesta al estrés.
Es por eso que la presión arterial aumentará y se pondrá una mayor exigencia en la respuesta cardíaca a la presión, haciendo posibles adaptaciones a los vasos sanguíneos y al sistema cardíaco.
Al igual que con cualquier estrés aplicado, es importante asegurarse de que el estrés que se aplique al sistema circulatorio no sea excesivo. Este nivel de estrés debe basarse en las habilidades de cada deportista y su nivel de entrenamiento previo.
Al progresar de forma coherente, se reducirá la probabilidad de rotura de los vasos sanguíneos. El estrés en un nivel adecuado siempre es fundamental para un entrenamiento y adaptación convenientes..
Acumulación Metabólica
Como la sangre está restringida dentro del músculo durante la contracción, el aclaramiento de metabolitos no puede ocurrir en la misma medida.
Por lo tanto, incluso con porcentajes bajos de intensidad, se comenzarán a reclutar unidades motoras de alto umbral, ya que los cambios locales no permiten que se eliminen los metabolitos celulares, y se genera una mayor demanda en el sistema glucolítico.
Como se describe en los principios de tamaño de Henneman, a medida que aumenta la demanda local para mantener un porcentaje específico de fuerza, primero se reclutarán las fibras de umbral bajo, seguidas de las fibras de orden superior.
Debido a la falta de aclaramiento de metabolitos, se puede observar un aumento en el reclutamiento de fibras, de acuerdo con el principio de talla de Henneman.
Quimiorreceptores
Dentro del músculo, existen quimiorreceptores locales que envían impulsos por nerviosos aferentes, es decir: impulsos que se dirigen desde la periferia (músculo/piel) hacía el sistema nervioso central (cerebro), donde casi siempre son de carácter sensorial. Esencialmente, estos nervios informan lo que está sucediendo a los centros superiores.
Es interesante lo que sucede a continuación: las terminaciones nerviosas dentro del músculo detectarán que el pH celular disminuye rápidamente en el músculo.
Esto se debe, en parte, a la reducción del flujo sanguíneo y por ende, a la incapacidad de eliminar los metabolitos acumulados producidos. Esta disminución del pH, conduce a un aumento de la frecuencia respiratoria como respuesta compensatoria.
Sin embargo, con esta señal de aumento de la ventilación proveniente de un músculo que completa una contracción isométrica, el aumento de la entrada de oxígeno no resultará en una entrada “fácil” en el músculo específico (oclusión completa).
Por tanto, este aumento de la frecuencia respiratoria no mejorará la aclaración de metabolitos.
Esto crea una situación única en la que el músculo que soporta la contracción isométrica permanecerá en un estado “ácido”, mientras que el resto del cuerpo (los músculos que no experimentan el estímulo isométrico) pueden entrar en un estado de alcalosis.
Este aumento de ph (alcalosis), también conduce a una reducción disfuncional del dióxido de carbono, ya que el cuerpo está ventilando, tratando de eliminar este gas con cada exhalación (el aumento del ph genera la respuesta de taponamiento en sangre, al reaccionar con el bicarbonato generando un aumento en el CO2 circulante).
Al aumentar la disociación del oxígeno de la hemoglobina (efecto Bohr), el cuerpo puede experimentar aún más un estado de disminución de O2. Por esta razón, parece que los isométricos sostenidos al máximo serían bastante difíciles de mantener durante un período de tiempo prolongado.
Sin embargo, no todos los isométricos conducen a la oclusión completa del músculo, lo que explica por qué se pueden mantener varias intensidades de isométricos durante períodos de tiempo prolongados.
Los quimiorreceptores sistémicos ubicados en todo el sistema circulatorio, experimentan un rápido aumento de los metabolitos, a medida que se liberan, una vez completada la contracción muscular isométrica.
Estos quimiorreceptores sistémicos envían señales nerviosas al cuerpo, solicitando nuevamente un aumento de la ventilación (respiración). Este aumento de la frecuencia respiratoria contrarrestará las “ondas” de metabolitos que se almacenaron y ahora se liberan del músculo.
A su vez, este aumento de la ventilación, puede potencialmente causar que se produzca un nivel secundario de exhalación excesiva de dióxido de carbono.
Esto va a depender de la cantidad de músculos utilizados en una contracción isométrica (simple frente a compleja), así como de la cantidad total de metabolitos producidos.
Respuesta de las Catecolaminas
Las catecolaminas son un grupo de sustancias que incluyen la adrenalina, la noradrenalina y la dopamina; estas sustancias causan, en la mayoría de los casos, cambios fisiológicos que preparan al cuerpo para la actividad física (como la lucha o la huida).
En los ejercicios isométricos, la respuesta de las catecolaminas es bastante diferente a la que se da en los ejercicios concéntricos y excéntricos. Esas diferencias, probablemente se basan en las propiedades únicas de una contracción isométrica sostenida.
Al realizar una contracción isométrica, la respuesta de las catecolaminas es mucho mayor en comparación con los ejercicios isotónicos, incluso cuando se requiere una mayor demanda muscular total.
Como se destacó en un estudio de Kozlowski y sus colegas, una contracción isométrica sostenida de una prueba de agarre manual al 30% de la contracción voluntaria máxima, produjo casi el doble de respuesta adrenérgica en aproximadamente un tercio del tiempo (5 minutos), en comparación con una bicicleta ergómetro de prueba a 1200 kpm / min durante 15 minutos..Por esta razón, las contracciones isométricas sostenidas durante períodos prolongados, pueden proporcionar un entrenamiento y un estímulo hormonal únicos en comparación con otras formas de contracción muscular.
Tras este detallado y completo análisis, sabemos que los aspectos fisiológicos son fundamentales en el entrenamiento isométrico.
Cuando producimos una contracción isométrica, vimos que la respuesta es singular, y que esto impacta en nuestra presión arterial y en nuestro metabolismo.
Por eso, será importante prestar atención a la respuesta fisiológica que pueda dar cada atleta, para recibir un entrenamiento acorde a sus posibilidades.
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