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Reabsorción de Hernias de Disco

 TEMA:

Es común escuchar a menudo a los pacientes referirse a sus hernias lumbares en términos que sugieren cierto orgullo o incluso como justificación para limitaciones físicas, que pueden ser atribuidas a la inactividad. Sin embargo, al indagar sobre su comprensión real de lo que implica una hernia, comúnmente se evidencia cierta confusión.

Las categorías diagnósticas de las lesiones discales se fundamentan en su patología. Una de las clasificaciones más utilizadas es la denominada “Degenerativa/Traumática”. Es importante destacar que, dentro de este grupo, el término “traumático” no necesariamente implica la presencia de un evento traumático como factor desencadenante, ni que los cambios degenerativos sean patológicos o sintomáticos por definición. Como se ha mencionado previamente, incluso individuos sin dolor pueden presentar “alteraciones” detectables en imágenes de resonancia magnética.

Para comprender mejor estas lesiones, es esencial tener en cuenta la anatomía del disco intervertebral. El anillo fibroso rodea dicho disco, proporcionando estructura y contención. Cuando este anillo se ve afectado por desgarros o fisuras, se producen interrupciones en sus fibras anulares. Es importante tener en cuenta que el término “desgarro” o “fisura” describe un espectro de lesiones y no necesariamente implica la presencia de un trauma como causa.

Por otro lado, la hernia discal se define como el desplazamiento localizado del material discal más allá de los límites del espacio del disco intervertebral. Este material puede adoptar formas como protrusión o extrusión, dependiendo de la manera en que se desplace. Es relevante mencionar que la extrusión puede progresar a un estado de “secuestro” si el material discal desplazado pierde completamente su continuidad con el disco original.

Etapas de las hernias discales.

En cuanto a los síntomas asociados, estos pueden variar ampliamente e incluir dolor, alteraciones sensoriales y déficits motores. Sin embargo, es alentador destacar que un porcentaje significativo de las hernias de disco lumbar, entre el 60% y el 90%, pueden tratarse satisfactoriamente con enfoques conservadores, sin necesidad de intervenciones quirúrgicas.

Es importante tener presente que la hernia de disco lumbar es una de las principales causas de dolor en esta región. Aunque los tratamientos conservadores suelen producir resultados positivos, incluso sin intervención, las lesiones discales tienden a reducirse en tamaño o ser reabsorbidas en un período que puede variar entre 3 y 40 meses.

Se han documentado casos de reabsorción de discos herniados en la literatura científica. Estudios como el realizado por Chiu, et al., 2001, han identificado diferentes tipos de hernias y sus tasas de reabsorción. Este tipo de hallazgos sugieren que existe una correlación entre el grado de herniación y la probabilidad de regresión.

En el estudio se analizaron casos documentados de reabsorción de discos herniados. Este estudio identificó un total de 361 casos, distribuidos en diferentes tipos de hernias: 60 discos ensanchados, 93 protruidos, 154 extruidos y 54 secuestrados. Los resultados obtenidos indicaron que, con el transcurso del tiempo, se observó una reabsorción de los discos lumbares en un 96% de los casos de discos secuestrados, un 70% de los discos extruidos, un 41% de los discos protruidos y un 13% de los discos ensanchados. Este hallazgo sugiere que existe una relación directa entre el grado de herniación y la probabilidad de regresión:

Porcentaje de regresión de hernias discales lumbares.

Sin embargo, es importante señalar que la relación entre la regresión discal y la mejora del dolor o la discapacidad es objeto de debate. Numerosos factores pueden influir en los resultados clínicos, lo que sugiere que la sola presencia de reabsorción discal no garantiza un resultado clínico favorable. De hecho, se ha observado que los pacientes pueden experimentar mejorías incluso sin una reducción significativa del tamaño del disco herniado.

La mayoría de las regresiones discales espontáneas ocurren dentro del primer año, aunque algunos pacientes pueden experimentar este fenómeno en un plazo de 2 a 3 meses tras el diagnóstico.

Se han propuesto tres hipótesis para explicar el proceso de reducción o desaparición de los discos herniados. Estas incluyen la retracción de la herniación hacia el disco, la deshidratación del material discal y una respuesta inflamatoria y neo vascularización que conduce a la absorción por fagocitosis y degradación enzimática.

Referencias: 

Fardon, D. F., & Milette, P. C. (2001). Nomenclature and classification of lumbar disc pathology: recommendations of the combined task forces of the North American Spine Society, American Society of Spine Radiology, and American Society of Neuroradiology. Spine, 26(5), E93-E113.

Chiu, C. C., Chuang, T. Y., Chang, K. H., Wu, C. H., Lin, P. W., & Hsu, W. Y. (2015). The probability of spontaneous regression of lumbar herniated disc: a systematic review. Clinical rehabilitation, 29(2), 184-195.

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