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Principios de entrenamiento y diseño de un programa de rehabilitación

 TEMA:

Una vez que el fisioterapeuta deportivo ha determinado las necesidades del atleta en rehabilitación, el siguiente paso en el diseño del programa de rehabilitación es la manipulación de los principios del programa, que incluyen: selección de ejercicios, disponibilidad de equipo de entrenamiento, frecuencia de entrenamiento, orden de los ejercicios, intervalo de descanso y carga de resistencia/entrenamiento.

Una vez que el fisioterapeuta deportivo ha determinado las necesidades del atleta en rehabilitación, el siguiente paso en el diseño del programa de rehabilitación es la manipulación de los principios del programa, que incluyen: selección de ejercicios, disponibilidad de equipo de entrenamiento, frecuencia de entrenamiento, orden de los ejercicios, intervalo de descanso y carga de resistencia/entrenamiento.

  1. Individualidad

Tratar al deportista como un individuo y diseñar su programa de entrenamiento específicamente para él. Se deben considerar varios factores al diseñar un programa de entrenamiento de resistencia, incluyendo la edad, el sexo, el historial médico, los antecedentes de entrenamiento o lesiones previas, la salud general, los objetivos del entrenamiento, la motivación y cualquier restricción de curación relacionada con la lesión o la cirugía.

  1. Sobrecarga progresiva

Afirma que, para seguir obteniendo avances en un programa de ejercicio, la tensión sobre el sistema debe sobrecargarse progresivamente a medida que se vuelve capaz de producir mayor fuerza, potencia o resistencia, siempre alternando con períodos óptimos de recuperación.

  1. Especificidad

Al desarrollar un programa de rehabilitación, se debe considerar lo siguiente:

– Especificidad de la fuente de energía: entrenar el sistema energético correcto.

– Especificidad de la acción muscular: las ganancias de fuerza son parcialmente específicas del tipo de acción muscular utilizada en el entrenamiento (por ejemplo, isométrica, concéntrica/excéntrica, isocinética).

– Especificidad del grupo muscular: entrenar el grupo muscular(es) y la(s) articulación(es) que intervienen en el deporte.

– Especificidad de velocidad: las ganancias del entrenamiento son específicas de las velocidades a las que se realizan los ejercicios.

  1. Selección de ejercicios

La selección de ejercicios es un principio crítico del programa que el fisioterapeuta deportivo debe tener en cuenta. Los ejercicios multiarticulares son aquellos que involucran varios grupos musculares en un solo movimiento, como sentadillas, peso muerto, cargadas, press de banca y tirones. Generalmente, se realizan primero en la sesión de entrenamiento debido a su capacidad para fatigar los músculos y su eficacia para aumentar la fuerza.

El otro tipo de ejercicio se conoce como ejercicios accesorios, que incluyen elevaciones frontales, elevaciones laterales y extensiones de rodilla. Estos ejercicios, al trabajar principalmente una articulación y un plano de movimiento, son adecuados para atletas menos experimentados. Sin embargo, los atletas experimentados necesitarán incluir ejercicios multiarticulares en su programa para lograr un éxito óptimo.

Se ha demostrado que realizar ejercicios multiarticulares al principio del entrenamiento aumenta significativamente las hormonas anabólicas. Esta respuesta anabólica puede ser especialmente beneficiosa para los músculos más pequeños, como los afectados por la lesión, en comparación con solo realizar ejercicios de músculos pequeños.

  1. Disponibilidad de equipo de entrenamiento

La falta de cierto equipo puede requerir cambios o impedir la realización de ciertos ejercicios. Es posible que algunas máquinas no sean lo suficientemente específicas para el deporte del atleta en rehabilitación, por lo que el fisioterapeuta deportivo deberá complementar los programas de entrenamiento con ejercicios apropiados según los elementos disponibles.

  1. Frecuencia de entrenamiento

La frecuencia del entrenamiento depende en última instancia del volumen y la carga de los ejercicios, el tipo de movimiento (multi o monoarticular) predominante, el nivel de entrenamiento del atleta, sus objetivos y su estado de salud. Tradicionalmente, se recomienda el entrenamiento de resistencia en días alternos en las primeras etapas para permitir una adecuada recuperación, pero puede aumentar con la experiencia del atleta. No hay diferencias significativas en las ganancias de fuerza entre entrenar 1, 2, 3 o 5 días por semana si el volumen se mantiene constante. Se aconseja más tiempo de recuperación al usar resistencias cercanas al máximo.

El fisioterapeuta deportivo también debe considerar otros tipos de entrenamiento, como el concurrente, donde se combinan sesiones de fuerza y resistencia en el mismo día con un intervalo de descanso de 4 a 8 horas. Es posible que sea necesario ajustar la frecuencia del entrenamiento para adaptarse al programa del atleta y asegurar un descanso adecuado y una recuperación óptima.

  1. Orden de los ejercicios

La secuencia adecuada de los ejercicios es crucial y requiere una planificación cuidadosa por parte del fisioterapeuta deportivo para garantizar que cada ejercicio se realice con la carga y el volumen deseados. La condición física individual, así como las fortalezas y debilidades específicas de cada atleta, deben tenerse en cuenta al diseñar el programa de entrenamiento. Se sugiere comenzar con los ejercicios multiarticulares, ya que requieren mayor coordinación, habilidad y niveles de energía adecuados. Por ejemplo, el press de banca debería preceder a las extensiones de tríceps.

El pre-agotamiento es una técnica en la que se fatiga un músculo con un ejercicio aislado antes de realizar un ejercicio multiarticular que involucra el mismo músculo. Por ejemplo, flexiones o extensiones de piernas antes de una sentadilla. Hay varios métodos para emparejar ejercicios, como las superseries, donde se alternan agonistas y antagonistas con descansos mínimos, y las series compuestas, donde se realizan dos ejercicios diferentes del mismo grupo muscular con poco o ningún descanso entre ellos.

Para evitar la fatiga excesiva, especialmente en atletas en baja forma física, se pueden alternar ejercicios de la parte superior e inferior del cuerpo, o ejercicios de empuje y tracción. También se puede realizar una rutina de push-pull, que combina ejercicios de empuje y tracción en la misma sesión. Estos métodos permiten realizar más ejercicios y aumentar la intensidad de cada uno, promoviendo un equilibrio y simetría en el entrenamiento.

  1. Periodo de descanso y resistencia/carga de entrenamiento

Se recomienda que el atleta tenga al menos 24 horas de recuperación entre sesiones y 48 horas entre sesiones que trabajen el mismo grupo muscular, independientemente de la lesión. Para un atleta en rehabilitación que se entrena 1-2 veces por semana, se sugiere una rutina de cuerpo completo para equilibrar el entrenamiento. Si el entrenamiento se realiza de 4 a 5 días por semana, es mejor optar por una rutina dividida para permitir una recuperación adecuada entre grupos musculares. Para aquellos que entrenan de 3 a 5 días por semana durante la rehabilitación, los “días libres” pueden incluir actividades como entrenamiento de flexibilidad, yoga, ejercicios de equilibrio y propioceptivos, o entrenamiento central/abdominal.

Determinar las proporciones de carga de entrenamiento y descanso requiere una consideración cuidadosa del deporte practicado por el atleta en rehabilitación y la zona del cuerpo a entrenar.

  1. Control de carga de entrenamiento

La carga de entrenamiento se puede determinar mediante pruebas de 1 RM, aunque este método, aunque preciso, es difícil de aplicar en rehabilitación, especialmente sin datos previos, ya que puede someter al atleta a un estrés mayor del que puede tolerar, lo que podría ser contraproducente para su recuperación. Por ello, en estos casos se recomienda el uso de estimaciones de 1 RM y tablas de carga de entrenamiento.

Otros métodos para determinar la carga de entrenamiento incluyen la técnica DeLorme, la técnica del Ejercicio de Resistencia Progresivo Ajustado Diario (DAPRE), el OMNI-RES o el Oddvar Holten, así como la escala de Percepción subjetiva del esfuerzo RPE (escala de Borg modificada). Estas tablas pueden servir como guía hasta que el atleta desarrolle las capacidades neuromusculares que le permitan realizar pruebas de manera segura y efectiva con cargas más pesadas.

  1.  Volumen e intensidad

El volumen de entrenamiento se prescribe generalmente en términos del número de repeticiones por serie, el número de series por sesión y el número de sesiones por semana. Se ha demostrado que los individuos normales no entrenados experimentan ganancias máximas de fuerza con una intensidad media de entrenamiento de 12 RM, mientras que los individuos entrenados demuestran estas ganancias con una intensidad media de entrenamiento de 8 RM. El período de descanso es un determinante principal de la intensidad general del entrenamiento, ya que la duración del período de descanso está estrechamente relacionada con la carga levantada. La duración del período de descanso no solo determina cuánto se recupera la fuente de energía ATP-PCr, sino también qué tan altas son las concentraciones de lactato después del ejercicio en la sangre.

  1.  Periodización

La periodización se define como la manipulación planificada por períodos de las variables de entrenamiento. Dentro de esta, podemos incluir dos grandes tipos: lineal y no lineal. A medida que el paciente avanza en su rehabilitación, se debe incorporar una progresión adicional hacia un entrenamiento de fuerza y un entrenamiento de potencia más agresivos. En la periodización lineal, donde el énfasis está en un solo parámetro (resistencia, hipertrofia, fuerza, resistencia), la periodización no lineal permite al fisioterapeuta deportivo entrenar más de uno de estos parámetros a la vez, sin dejar de enfatizar uno de ellos en una fase determinada. La forma no lineal de periodización probablemente se adapte mejor al proceso de rehabilitación en la mayoría de los casos y puede resultar un método más ventajoso de diseño de programas para el atleta, ya que permite la implementación de múltiples variables en las diferentes fases a lo largo del programa.

Conclusión

Establecer las necesidades del atleta en rehabilitación como primera instancia es primordial para poder plantear un plan de entrenamiento que se adecúe a estas y permita el retorno al juego de manera segura, devolviéndolo a su nivel de rendimiento previo a la lesión o incluso superior. Es por eso que resulta clave la correcta manipulación y comprensión de las variables del entrenamiento.

Referencias

Reiman MP, Lorenz DS. Integration of strength and conditioning principles into a rehabilitation program. Int J Sports Phys Ther. 2011 Sep;6(3):241-53. PMID: 21904701; PMCID: PMC3164002.

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