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Usos y aplicaciones del HIIT en alteraciones cardiovasculares

Las afecciones cardiovasculares son uno de los principales retos de salud pública a nivel global. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año 17,9 millones de personas fallecen a causa de enfermedades cardiovasculares, siendo cuatro de cada cinco muertes atribuibles a patologías cardíacas o eventos cerebrovasculares (Organización Mundial de la Salud, s.f.). Esto subraya la importancia crítica de abordar estas afecciones tanto desde la prevención primaria como desde la rehabilitación, en particular la prevención secundaria, cuyo objetivo es evitar la progresión o recurrencia de la enfermedad en personas que ya han experimentado eventos cardiovasculares (Wang et al., 2022).

En los últimos años, el entrenamiento de intervalos de alta intensidad (HIIT) ha cobrado relevancia como una intervención efectiva tanto para mejorar la salud cardiovascular como para rehabilitar a pacientes con patologías cardiometabólicas. Esta metodología ha demostrado ser una alternativa segura y eficaz cuando se aplica correctamente, y ha sido objeto de extensas investigaciones en el ámbito de la rehabilitación cardíaca. A continuación, se profundiza en su definición, aplicaciones y los resultados que ha ofrecido en los estudios más recientes.

¿Qué es el HIIT?

El entrenamiento de intervalos de alta intensidad (HIIT) se caracteriza por alternar períodos de ejercicio de alta intensidad con intervalos de baja intensidad o descanso. Su principal ventaja radica en que permite a los individuos realizar sesiones de entrenamiento más cortas pero más efectivas, optimizando el tiempo sin sacrificar los beneficios fisiológicos que normalmente se obtendrían con ejercicios de mayor duración y menor intensidad.

Desde un punto de vista metabólico, el HIIT induce rápidas adaptaciones en el sistema cardiorrespiratorio y mejora la eficiencia del uso de oxígeno (VO2max), al tiempo que estimula la movilización de grasas y la mejora de la sensibilidad a la insulina. Estas características hacen que el HIIT sea particularmente atractivo para pacientes con enfermedades cardiovasculares o síndromes metabólicos, ya que se logran importantes mejoras en la capacidad funcional del corazón y el metabolismo en menor tiempo (Coates et al., 2023).

Evolución del HIIT en la Rehabilitación Cardiovascular

Durante años, la rehabilitación cardiovascular se centró en métodos de entrenamiento de intensidad moderada y continua (MICT), que priorizaba mantener una frecuencia cardíaca estable y realizar ejercicio aeróbico prolongado. Este enfoque se basaba en la premisa de que el ejercicio intenso podría ser peligroso para los pacientes con enfermedades cardíacas, debido a la posibilidad de provocar arritmias o eventos adversos. Sin embargo, investigaciones recientes han desafiado esta creencia, demostrando que el HIIT, cuando se implementa adecuadamente y bajo supervisión, no solo es seguro, sino que puede ser más efectivo que el MICT en la rehabilitación de estos pacientes.

¿Qué dice la ciencia sobre el HIIT y las patologías cardiovasculares?

En los últimos años, varios estudios han analizado los efectos del HIIT en comparación con el MICT en pacientes con enfermedades cardiovasculares. A continuación, se detallan los hallazgos más relevantes:

  1. Meta-análisis de Yue et al. (2022): Este estudio incluyó 22 ensayos controlados que involucraron a 949 participantes con diferentes niveles de afecciones cardiovasculares. El objetivo era comparar los efectos del HIIT frente al MICT en la capacidad cardiorrespiratoria durante la rehabilitación cardíaca. Los resultados fueron contundentes:
    • El VO2max (consumo máximo de oxígeno) mejoró significativamente en el grupo que realizó HIIT en comparación con aquellos que realizaron MICT, lo que sugiere una mayor eficiencia en el uso del oxígeno durante el ejercicio.
    • Las sesiones de HIIT realizadas tres veces por semana fueron más efectivas en términos de mejora cardiorrespiratoria y optimización del tiempo de entrenamiento.
    • Los intervalos de larga duración (generalmente entre 2 y 4 minutos de esfuerzo) mostraron mejores resultados que los intervalos cortos, destacando la importancia de una planificación adecuada de los tiempos de trabajo y descanso en el HIIT.
  2. Estudio de Khalafi et al. (2022): Esta investigación incluyó 36 estudios con un total de 1.437 adultos, tanto sanos como con patologías cardiometabólicas. El estudio comparó el efecto del HIIT, el MICT y la ausencia de ejercicio sobre la función cardiovascular. Los hallazgos fueron los siguientes:
    • El HIIT fue beneficioso independientemente de la edad o el índice de masa corporal (IMC), lo que lo convierte en una opción viable tanto para adultos jóvenes como mayores.
    • El HIIT mostró mejoras notables en la función vascular, particularmente en pacientes con enfermedades cardiometabólicas, superando las mejoras observadas en los grupos que realizaron MICT.
  3. Investigación de Edwards et al. (2023): Este meta-análisis incluyó 97 estudios controlados con un total de 3.399 participantes y exploró la relación entre el HIIT y varios factores de riesgo cardiometabólicos. Los resultados mostraron mejoras en 14 parámetros relacionados con la salud cardiovascular, entre ellos:
    • Aumento en la capacidad aeróbica máxima.
    • Mejoras en la fracción de eyección del ventrículo izquierdo.
    • Reducción significativa en la presión arterial sistólica y diastólica.
    • Disminución en la circunferencia de cintura, el índice de masa corporal (IMC) y el porcentaje de grasa corporal.
    • Mejora en los perfiles lipídicos, con una reducción del colesterol LDL y un aumento del colesterol HDL.
    • Reducción de la proteína C reactiva de alta sensibilidad, un marcador clave de inflamación sistémica.
  4. Estudio de Walters et al. (2024): Esta investigación evaluó el efecto del HIIT en comparación con el MICT en la calidad de vida y la tolerancia al ejercicio en personas con insuficiencia cardíaca. Incluyó a 869 participantes y concluyó que el HIIT no solo mejoraba significativamente el VO2 pico, sino que también era la intervención más efectiva para mejorar la calidad de vida de los pacientes, en comparación con otras modalidades de ejercicio.

Mecanismos Fisiológicos del HIIT en la Salud Cardiovascular

El HIIT actúa a través de varios mecanismos que explican sus efectos positivos en la salud cardiovascular:

            •          Mejora de la función endotelial: El HIIT estimula la producción de óxido nítrico, una molécula clave en la vasodilatación, lo que mejora la circulación sanguínea y reduce la presión arterial. Este mecanismo es fundamental para la prevención de aterosclerosis y el mantenimiento de la salud arterial.

            •          Optimización del gasto cardíaco: Al exigir un esfuerzo máximo durante breves intervalos, el HIIT mejora la eficiencia del corazón para bombear sangre, aumentando el volumen sistólico y mejorando la fracción de eyección del ventrículo izquierdo, lo que incrementa la capacidad del corazón para enviar oxígeno a los tejidos.

            •          Movilización de grasas: El HIIT mejora la oxidación de ácidos grasos, lo que contribuye a la reducción de la grasa corporal total y la circunferencia de cintura, dos factores de riesgo importantes para las enfermedades cardiovasculares y metabólicas.

Consideraciones para la Implementación del HIIT en Pacientes Cardiovasculares

A pesar de sus múltiples beneficios, el HIIT debe implementarse con precaución, especialmente en pacientes con afecciones cardíacas. A continuación, se presentan algunas recomendaciones clave:

            1.         Supervisión médica y multidisciplinar: El HIIT debe ser supervisado por profesionales capacitados, idealmente en un entorno controlado. Un equipo multidisciplinario que incluya médicos, cardiólogos, fisioterapeutas y especialistas en ejercicio físico debe diseñar y monitorear el plan de entrenamiento para asegurarse de que sea seguro para el paciente.

            2.         Personalización del entrenamiento: No todos los pacientes tienen la misma capacidad física o nivel de tolerancia al ejercicio. Es esencial adaptar los tiempos de esfuerzo y recuperación, la frecuencia y la intensidad del entrenamiento a las condiciones individuales del paciente.

            3.         Progresión gradual: El HIIT debe iniciarse de manera progresiva, permitiendo que los pacientes se adapten al estrés cardiovascular adicional. La idea es evitar sobrecargas repentinas que puedan provocar complicaciones.

            4.         Evaluación continua: Los pacientes deben someterse a evaluaciones periódicas para ajustar el programa de HIIT en función de su progreso y su capacidad de recuperación. Esto puede incluir pruebas de esfuerzo y monitoreo de la frecuencia cardíaca y otros parámetros cardiovasculares.

Conclusión

El entrenamiento de intervalos de alta intensidad (HIIT) ha demostrado ser una herramienta poderosa en la rehabilitación cardiovascular y la mejora de parámetros cardiometabólicos, superando en muchos aspectos al entrenamiento de intensidad moderada continua (MICT). No obstante, su implementación debe realizarse de manera cuidadosa y bajo supervisión médica. Con una planificación adecuada y un enfoque individualizado, el HIIT puede ofrecer beneficios significativos, tanto en la prevención secundaria de enfermedades cardíacas como en la mejora general de la calidad de vida de los pacientes. En resumen, el HIIT no solo mejora la capacidad cardiorrespiratoria y la salud vascular, sino que también tiene el potencial de reducir el riesgo de recurrencia de eventos cardíacos en pacientes con patologías cardiovasculares.

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