Fatiga, variables subjetivas y objetivas: cómo se mide en los deportistas
La gestión de la fatiga es la base de cualquier planificación del entrenamiento: su control no solo impacta en el rendimiento, sino que reduce el riesgo de lesiones y asegura que las adaptaciones se produzcan en el momento oportuno. La fatiga puede definirse como cualquier pérdida de rendimiento —inducida o no por el ejercicio—, resultado de factores fisiológicos y psicológicos, y evaluarla correctamente requiere combinar medidas subjetivas y objetivas.
Las herramientas subjetivas incluyen cuestionarios de bienestar, escalas de fatiga y RPE, que son fáciles, económicas y útiles para grandes grupos, siempre que se apliquen con consistencia y análisis adecuado. Las medidas objetivas abarcan desde saltos en plataforma de fuerza, tracciones isométricas y seguimiento de la velocidad con transductores lineales, hasta biomarcadores y métricas fisiológicas como la variabilidad de la frecuencia cardíaca.
Integrar ambos enfoques permite detectar cuándo un atleta está listo para entrenar, cuándo necesita ajustar la carga y cómo evoluciona su respuesta a lo largo del tiempo. Con análisis continuos y líneas de base sólidas, la monitorización de la fatiga se convierte en una herramienta clave para optimizar el rendimiento y prevenir el sobreentrenamiento.