Pruebas funcionales de rendimiento deportivo – Parte 2: Balance Error Scoring System (BESS)
El equilibrio y el control postural son claves en la prevención de lesiones y la rehabilitación musculoesquelética. En esta segunda entrega analizamos el BESS, una prueba funcional de equilibrio estático que evalúa tres posiciones en dos superficies. Te explicamos su procedimiento, errores más comunes, pros y contras, y cómo interpretar los valores normativos según edad y sexo.
Construyendo tu negocio de entrenamiento personal: define tu Buyer Persona
Saber a quién querés entrenar es clave para especializarte y atraer a tu cliente ideal. En este artículo te mostramos cómo crear tu buyer persona, una descripción detallada de tu cliente objetivo que te ayudará a enfocar tu mensaje, elegir los canales adecuados y convertirte en una autoridad en tu nicho. Desde adultos mayores hasta deportistas, aprenderás a identificar intereses, motivaciones y problemas para diseñar un servicio que conecte y genere resultados.
El entrenador personal no vende entrenamiento
Los clientes no buscan un plan de ejercicios, buscan cómo sentirse mejor, ganar confianza, reducir el estrés y mejorar su vida. En esta reflexión, inspirada en Seth Godin, exploramos por qué la empatía es el corazón de la venta en el entrenamiento personal, cómo identificar los verdaderos deseos del alumno y cómo comunicar propuestas realistas que generen adherencia y resultados duraderos.
5 protocolos de evaluación que todo entrenador debe dominar
La tecnología facilita la medición del rendimiento, pero el verdadero valor está en aplicar protocolos confiables, repetibles y válidos. En esta guía repasamos cinco pruebas clave que todo entrenador debería conocer: CMJ, Broad Jump, RSI, tests de aceleración y de top speed. Explicamos su fundamento, procedimiento, errores comunes y cómo estandarizar la toma de datos para obtener resultados precisos y útiles en la toma de decisiones.
Pruebas funcionales de rendimiento deportivo – Parte 1
Las pruebas funcionales permiten evaluar de forma rápida y precisa la capacidad de un atleta para ejecutar patrones de movimiento con control, precisión y simetría. Son clave para detectar desbalances, prevenir lesiones y optimizar el rendimiento.
En esta primera entrega definimos qué son, para qué sirven, qué sistemas del cuerpo involucran y cuáles son las pautas básicas para aplicarlas correctamente. También adelantamos las pruebas que analizaremos en la serie: WBLT, BESS, Single Leg Squat, SEBT/Y Balance, L.E.S.S., Single Leg Hop y evaluaciones de hombro y columna.
Entrenamiento excéntrico: propiedades y adaptaciones únicas
El trabajo excéntrico, o “estiramiento bajo carga”, no solo es clave en saltos, carreras y lanzamientos, sino que provoca adaptaciones musculares y neuronales únicas que lo convierten en una herramienta potente para mejorar el rendimiento, prevenir lesiones y rehabilitar. En este artículo exploramos su fisiología, el papel de la titina, las adaptaciones estructurales y neuronales, el efecto protector de las repeticiones (RBE) y sus implicaciones prácticas en el entrenamiento y la recuperación.
El sueño: la herramienta más poderosa para optimizar el rendimiento deportivo
El descanso nocturno es mucho más que “recuperar energías”. La ciencia ha demostrado que el sueño influye directamente en la fuerza, la resistencia, la coordinación, la salud hormonal y el sistema inmune. Dormir mal afecta la velocidad, la precisión, la capacidad de recuperación y hasta el riesgo de lesiones.
En este artículo exploramos qué es el sueño y sus fases, por qué es clave para los atletas de élite, cómo impacta en el rendimiento físico y cognitivo, y qué estrategias simples pueden mejorar su calidad. Si querés llevar tu preparación al siguiente nivel, empezá por aquí.
¿Afecta la hora del día al rendimiento deportivo?
El rendimiento no es constante: cambia a lo largo del día influenciado por nuestros ritmos circadianos, esos relojes biológicos que regulan funciones como la temperatura corporal, la fuerza, la coordinación y el estado de alerta. Factores como la luz, la alimentación, la actividad física y el cronotipo (ser más “búho” o más “alondra”) determinan cuándo estamos en nuestro mejor momento.
En este artículo exploramos cómo estos ciclos impactan la fuerza, la potencia y la resistencia; qué dice la ciencia sobre la hora óptima para entrenar y competir; y qué estrategias prácticas podés aplicar para adaptar tu preparación y optimizar tu rendimiento.
Tips para mejorar tu ambiente de entrenamiento
Un entorno de entrenamiento bien diseñado puede marcar la diferencia entre el éxito y el estancamiento. Desde aprovechar la tecnología adecuada hasta fomentar la competencia entre atletas, pequeños cambios pueden optimizar el rendimiento y el compromiso en cada sesión.
La tecnología, bien seleccionada y adaptada al presupuesto y necesidades reales, es un aliado para medir, evaluar y motivar. Dispositivos como transductores de posición lineal o alfombras de contacto pueden aportar datos valiosos, siempre que sean prácticos y se integren sin fricciones a la rutina.
El foco debe estar en lo que realmente importa y se puede controlar: métricas relevantes, progresiones claras y estrategias que impacten directamente en el rendimiento. Generar un entorno competitivo mediante tablas de clasificación, objetivos de velocidad o potencia, y métricas variadas aumenta la motivación y el esfuerzo colectivo.
Equilibrar la individualización con la eficiencia es clave; diseñar calentamientos, protocolos de movilidad, enfriamientos y trabajos pliométricos predefinidos ahorra tiempo y mantiene la calidad. Y, como líder, aplicar el concepto de skin in the game: comprometerse al mismo nivel que los atletas, asumir riesgos y compartir responsabilidades para generar confianza y cohesión.
Regeneración muscular, células satélite y envejecimiento
Las células satélite (SC) son células madre específicas del músculo, esenciales para su regeneración, reparación y remodelación a lo largo de la vida. En condiciones normales permanecen en reposo, pero ante estímulos como el ejercicio o una lesión se activan, proliferan y se diferencian para contribuir a la reparación y adaptación muscular.
El envejecimiento reduce su número, su capacidad de activación y la capilarización del músculo esquelético, especialmente en fibras tipo II. Esto incrementa la distancia entre SC y capilares, limitando las señales necesarias para su activación y afectando la capacidad del músculo para regenerarse.
La regeneración implica el reemplazo completo de fibras musculares dañadas, mientras que la reparación aborda lesiones parciales en fibras o sarcómeros, y la remodelación adapta el tejido a nuevas demandas, como el aumento de tamaño por entrenamiento de fuerza o mejoras oxidativas por entrenamiento de resistencia. Estos procesos, aunque distintos, pueden ocurrir simultáneamente y dependen en gran medida de la función de las SC.
El ejercicio, en todas sus formas, es un estímulo clave para preservar la salud muscular, mantener la función de las células satélite y contrarrestar los efectos del envejecimiento.