Lesiones musculares: de la clasificación a la vuelta al deporte
En el fútbol profesional, el 92% de las lesiones musculares afectan isquiotibiales, aductores, cuádriceps o gemelos, siendo los isquiotibiales los más frecuentes. Su manejo eficaz requiere un diagnóstico preciso, clasificación clara (funcionales vs. estructurales, directas vs. indirectas) y una rehabilitación progresiva que evite recaídas.
Factores como edad, lesiones previas y déficits de movilidad o fuerza aumentan el riesgo. El tratamiento agudo debe priorizar el principio POLICE (protección, carga óptima, hielo, compresión y elevación) y favorecer la movilización precoz. La vuelta al juego se basa en criterios clínicos y funcionales, no solo en la ausencia de dolor, reduciendo así la probabilidad de re-lesión.
RPE y velocidad: dos aliados para controlar la intensidad en fuerza
Las escalas de percepción subjetiva del esfuerzo (RPE) se han consolidado como herramientas válidas, prácticas y de bajo costo para estimar y controlar la intensidad en los principales ejercicios de fuerza. La evidencia muestra una fuerte relación inversa entre el RPE y la velocidad de ejecución, lo que permite utilizarlas tanto para estimar el 1RM como para monitorizar fluctuaciones de rendimiento.
Eso sí: su fiabilidad aumenta en atletas con experiencia y tras un período de familiarización, siendo más precisas a intensidades medias y altas. Integrar el RPE con mediciones de velocidad potencia la programación y seguimiento del entrenamiento, incluso en grupos numerosos, sin depender siempre de tecnología costosa.
Ciclo circadiano: el reloj biológico que guía tu salud
Nuestros ritmos circadianos regulan desde la temperatura corporal y la secreción hormonal, hasta el metabolismo y la función inmunológica. Cuando este reloj interno se sincroniza con los ciclos naturales de luz y oscuridad, disfrutamos de un sueño reparador, energía estable y menor riesgo de enfermedades crónicas.
Sin embargo, la exposición constante a luz artificial —especialmente la azul de pantallas y lámparas— altera la producción de melatonina, retrasa el descanso y aumenta el riesgo de problemas cardiovasculares, metabólicos, cognitivos y emocionales.
En esta nota exploramos cómo la luz, la dieta, el ejercicio y los hábitos diarios influyen en tu reloj biológico, y qué estrategias concretas podés aplicar para protegerlo y optimizar tu rendimiento y bienestar.
Máscaras de hipoxia: ¿realidad o marketing?
A pesar de que se promocionan como un “simulador de altura” capaz de mejorar el VO₂máx, la capacidad pulmonar y el rendimiento, la evidencia científica muestra otra cosa: estas máscaras no generan hipoxia real, no modifican la presión parcial de oxígeno y no provocan las adaptaciones hematológicas que se logran entrenando en altura.
En la práctica, funcionan como un dispositivo de entrenamiento de músculos respiratorios, pero con riesgos: reducen la intensidad de la sesión, alteran el patrón respiratorio y pueden inducir adaptaciones contraproducentes para deportes explosivos como el boxeo o las MMA.
Si el objetivo es obtener los beneficios de la altitud, la única estrategia efectiva sigue siendo la exposición crónica y controlada a ella, combinada con entrenamientos de alta calidad en el llano.
¿Sabés cómo determinar los verdaderos requerimientos de fuerza en cada deporte?
La clave está en comprender la correspondencia dinámica: un principio que conecta los medios de entrenamiento con las demandas reales de la competencia.
En este artículo desglosamos:
• Cómo analizar los gestos y patrones de movimiento para identificar las manifestaciones de fuerza más relevantes.
• Qué criterios biomecánicos, energéticos y técnicos priorizar para que tus ejercicios tengan transferencia real al rendimiento.
• Ejemplos aplicados (como el salto de longitud) para entender la relación entre amplitud, dirección del movimiento, dinámica del esfuerzo, ritmo y régimen muscular.
Un enfoque práctico y respaldado por la ciencia para diseñar programas de fuerza que no solo mejoren el gimnasio, sino que potencien el rendimiento en el campo de juego.
Entrenamiento tradicional vs. entrenamiento oclusivo: dos caminos hacia la hipertrofia
Mientras el entrenamiento tradicional se apoya en altas cargas para generar estrés mecánico y estimular la síntesis de proteínas, el entrenamiento oclusivo logra resultados similares usando bajas intensidades (20-30% 1RM) y restringiendo el flujo sanguíneo en la extremidad trabajada.
Esta técnica provoca una acumulación de metabolitos, incrementa la respuesta hormonal y activa vías celulares asociadas al crecimiento muscular, incluso en poblaciones que no pueden tolerar grandes cargas: desde atletas en descarga, hasta pacientes en rehabilitación o adultos mayores.
La ciencia respalda su eficacia para promover hipertrofia y adaptaciones neuromusculares en tan solo 3 semanas, ofreciendo una alternativa potente, segura y de bajo impacto articular.





