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Tips para mejorar tu “ambiente” de entrenamiento

 TEMA:

En el entrenamiento personal es esencial establecer altos estándares de trabajo; eso marca la diferencia entre el éxito y el fracaso. Esto vale tanto para un entrenador que trata con un grupo de clientes, como para el jefe de rendimiento de un equipo o para un profesional que dirige el departamento de fuerza y acondicionamiento de un centro de entrenamiento.

Sabemos que construir un ambiente de trabajo donde todo fluya puede ahorrarnos tiempo, energía y dinero, pero no es una tarea fácil porque la mayoría no recibimos una educación en finanzas, recursos humanos o marketing, y esos temas tenemos que aprenderlos a prueba y error.

Además, como entrenadores siempre estamos lidiando con un exceso de información; un nuevo método, artilugio o estrategia de entrenamiento está ahí fuera para que lo examinemos. Parece como si no pudiéramos ponernos al día, y a veces terminamos gastando tiempo y energía en diferenciar las estrategias útiles de las exageradas.

Es por todo esto que, en esta nota, vamos a profundizar sobre cómo aprovechar la tecnología, fomentar la competencia entre los atletas, diseñar el programa de entrenamiento adecuado y otros tips para mejorar los entornos de entrenamiento y hacer que los atletas estén dispuestos a dar un plus en cada sesión.

Aprovechar la tecnología

La tecnología puede ser un enemigo o un poderoso aliado. Hoy en día, hay una gran cantidad de dispositivos disponibles para el seguimiento de diferentes variables relacionadas con el rendimiento y la salud, y seleccionar uno puede ser una tarea difícil.

Sin embargo, comprar algo porque parece increíble o porque lo viste en las redes sociales, seguramente terminará frustrándote y vaciando tus bolsillos. Este artículo no pretende ser una guía de usuario para comprar aparatos deportivos, pero como entrenadores, hemos aprendido de nuestros errores y podemos compartir nuestras experiencias para ayudar a otros. 

En primer lugar, es clave tener un presupuesto; si establecés un límite de dinero, reducís la búsqueda.

Algunas preguntas pueden ser de mucha utilidad:

¿Qué variable estamos tratando de evaluar?

A veces no nos damos cuenta y terminamos comprando cosas que no son ni útiles ni prácticas. 

Por ejemplo, si queremos evaluar la altura de salto podemos comprar una alfombra de contacto o una placa de fuerza. La primera opción es, por supuesto, mucho más barata. 

Las placas de fuerza son el equipo de última generación para probar y evaluar las variables cinéticas y cinemáticas, pero el análisis e interpretación de los datos requiere un conocimiento avanzado en la ciencia del deporte, especialmente en biomecánica. 

Además, la cantidad de datos entregados por la placa de fuerza puede ser abrumadora, y si sólo queremos evaluar la altura de salto puede ser demasiado. 

Por otro lado, la validez y la fiabilidad son aspectos cruciales de la tecnología deportiva. El seguimiento de la velocidad de la barra para prescribir, evaluar y monitorear los programas de entrenamiento de fuerza (VBT), puede ser implementado con la ayuda de diferentes dispositivos. 

Los más populares son los transductores de posición lineal (como el Vitruve) y los acelerómetros. A pesar de que ambos son válidos, el LPT parece ser una tecnología más fiable.

¿Podemos incorporar fácilmente este aparato a nuestras sesiones?

Supongamos que nos hacemos de un LPT lo suficientemente complejo y potente como para recoger y mostrar 1000 puntos de datos por segundo en tiempo real, calculando las curvas de desplazamiento, velocidad, aceleración, fuerza y potencia.

A la vez, este dispositivo está diseñado sólo para uso en laboratorio, y cada vez que precisamos usarlo en un entorno de entrenamiento, perdemos mucho tiempo en su configuración. Tampoco es 100% portátil, ya que no es inalámbrico, y debido a la loca cantidad de datos que se pueden recolectar, analizarlos consume demasiado tiempo.

Dicho esto, una vez que aprendimos a usar adecuadamente nuestro dispositivo y las respuestas son lo suficientemente claras, estaremos listos y eso hará una gran diferencia. La tecnología ayudará a diseñar e implementar procedimientos de prueba, recolectar datos valiosos y mejorar los programas de entrenamiento. También aumentará el compromiso con nuestros atletas y nos dará una ventaja con respecto a la competencia.

Concentrarse sólo en 2 cuestiones fundamentales

Los entrenadores suelen centrarse en detalles que no son tan importantes. 

Probablemente no haya diferencias entre hacer 5 repeticiones con el 80% o con el 78% de 1RM. A menos que estés haciendo biopsias, no importa si el HIIT número 1 aumenta el volumen mitocondrial más que el HIIT número 2. Si tenés un plato de fuerza, no significa que debas rastrear cada una de las variables que el software permite.

Dos preguntas fáciles deben guiarte a través del proceso: 

  • ¿Esto realmente importa? 
  • ¿Puedo controlarlo?

A modo de ejemplo: la fisiología de los ritmos circadianos es un tema muy interesante, con implicaciones en todos los aspectos de la biología humana. Nadie podría negar su importancia, ni podría afirmar que los ritmos biológicos no tienen ninguna implicación. 

Pero lo que los entrenadores somos capaces de controlar es muy limitado. No podemos pasar 24/7 con cada uno de nuestros atletas; ni siquiera con uno solo de ellos. Por lo tanto, es probable que no podamos controlar si su rutina de sueño es lo suficientemente a prueba de balas. 

Ahora bien, podemos rastrear la calidad del sueño con diferentes métricas (incluso los cuestionarios pueden servir) y proporcionar información para mejorar su descanso, si es necesario. 
Por eso, no pierdas más tiempo y energía en cosas irrelevantes o que están fuera de tu alcance. A veces es mejor dar un paso atrás y cambiar el enfoque, para luego avanzar con una mejor perspectiva.

Establecer un entorno competitivo

Los atletas (en realidad, los humanos) somos animales competitivos. La investigación ha demostrado consistentemente que competir contra tus compañeros te empuja a dar un plus. Incorporar la competición durante las sesiones de entrenamiento puede ser un poderoso motivador y ayudarte a retener clientes. 

Además, si trabajás con atletas, la competencia puede ser la diferencia entre un buen y un gran estímulo de entrenamiento.

Aquí van algunas ideas:

1) Usar el VBT: el VBT puede ser una herramienta poderosa para hacer que los atletas compitan y mejoren las sesiones de entrenamiento, especialmente cuando levantar el peso máximo no es la meta. 

Establecer velocidades objetivo o salidas de potencia, así como pesos fijos, y medir la velocidad con la que los atletas son capaces de levantarlo, ambas son formas de hacer que un grupo de atletas compitan entre sí.

Recordá que debés utilizar valores relativos (por ejemplo, los pesos deben expresarse en kg por peso corporal).

2) Tablas de clasificación y de juego: usar tablas de clasificación, insignias y cualquier otro tipo de juego, también podría ser una herramienta poderosa.

La clave aquí es seleccionar diversas métricas para dar a todos la oportunidad de competir en algún área. Si sólo se miden las métricas de fuerza, es probable que termines con 5 o menos atletas compitiendo y el resto viendo cómo sus compañeros les arrancan los ojos para conseguir un lugar en el podio. 

Por lo tanto, si recogés las métricas de fuerza pura, como la 1RM, así como las métricas de explosividad (saltos, lanzamientos), métricas de resistencia (repeticiones para el tiempo) o cualquier otra que quieras seguir, aumentarás las posibilidades de que tu atleta gane en alguna área.

3) Castigos: recompensar a un atleta por el comportamiento deseado es una gran estrategia de motivación, pero a veces, el castigo puede ser aún más efectivo. 

Tanto los atletas como los no atletas, especialmente los no profesionales, a veces luchan por comprometerse al nivel deseado, y cuando se trata de un equipo o grupo de atletas, no es justo tratar a todos por igual. 

Individualización vs generalización

Los programas de entrenamiento individualizado pueden ser un arma de doble filo. Ser demasiado general es insuficiente para algunos atletas y para otros es demasiado, por más que sea más eficiente en cuanto al tiempo. 

A su vez, ser demasiado específico con cada uno de ellos proporcionaría un estímulo mucho mejor, pero el tiempo dedicado a cada atleta podría agotar nuestra energía.

Además, algunos componentes de un programa de entrenamiento pueden abordarse de manera más general que otros. Asimismo, la construcción de una progresión sólida o, mejor aún, un enfoque de modelo de restricción, probablemente estaría apuntando al punto óptimo entre los dos mundos (individual y general).

1) Calentamiento, movilidad y ejercicios “correctivos”: no hay duda de que una buena evaluación de la detección de movimientos puede proporcionar información valiosa, para ser utilizada luego en el diseño de ejercicios específicos. 

Podría ser un enfoque acertado para “pre” diseñar diferentes progresiones divididas por áreas objetivo. Por ejemplo, haciendo 3 niveles progresivos de movilidad de 2-3 tobillos, movilidad de hombro o cualquier parte del cuerpo que se quiera abordar, los ejercicios podrían ahorrarnos mucho tiempo. 

Además, hacer un par de protocolos de calentamiento completos podría ser un gran enfoque para evitar la monotonía.

2) Enfriamiento: como entrenadores, nuestro tiempo no tiene precio. ¿Por qué perder esos 5-15 minutos improvisando enfriamientos inútiles que probablemente terminarían con un atleta revisando las redes sociales?

En cambio, tener 2-3 pasos de enfriamiento podría aumentar el compromiso del atleta. Además, la incorporación de diferentes estrategias de recuperación podría ayudar a mejorar todo el programa de entrenamiento.

3) Pliométricos: todos los atletas deberían hacer algún tipo de entrenamiento pliométrico (saltos, lanzamientos, etc.). Especialmente durante el GPP y fuera de temporada, los ejercicios de Plyo suelen ser muy generales, pasando de extensos a intensos, de bajo impacto a alto impacto, de baja a alta velocidad. 

Skin in the game

“Skin in the game” (la piel en el juego) es uno de los mantras de Nassim Taleb, reconocido investigador, filósofo y ensayista.

El significado profundo de esta cita es que debés tomar riesgos si querés algo a cambio; los que obtienen algún beneficio sin “skin in the game”, están implícitamente traduciendo ese riesgo a otra persona, lo cual es moralmente inaceptable.

Como líder de grupo, debés estar comprometido a un nivel más alto que el resto. Si tus decisiones son erróneas, tendrán algunas consecuencias. Y aunque en la vida real, lo más probable es que estés aceptando riesgos en cada decisión que tomás, lo que te pondrá en una posición de liderazgo con tus atletas es mostrarles que todo lo que les perjudica a ellos, también te perjudica a vos.

Un cierto grado de ‘’skin in the game’’ está implícito. Si entrenás a x cantidad de atletas y empiezan a lesionarse, tu trabajo probablemente sería “perjudicial”. Sin embargo, el punto aquí es que debemos comprometernos de alguna manera, al menos al mismo nivel que nuestros atletas, y siempre tener el concepto de “piel en el juego” en mente, antes de tomar cualquier decisión.

Hay muchas maneras de implementar esto. Por ejemplo, cobrar a tus clientes no sólo mensualmente, sino también por objetivos. Si tu atleta alcanza un objetivo, obtiene un “bonus”. 

Otra forma de tener “piel en el juego”: dejar que tus atletas implementen castigos por su comportamiento. Así que, llegar tarde, tocar el celular o cualquier otra regla que se les ocurra, romperlas tendrá consecuencias negativas.

Como vimos, desde el aprovechamiento de la tecnología a cosas específicas del entrenamiento, hay muchísimos elementos que podés sumar a tu trabajo. Si aplicás estos tips, tanto vos como tus atletas van a mejorar día a día.

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